10 VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE VIVIR EN UN PUEBLO

Para que esta entrada no tenga la visión sesgada de quien suscribe (nacida y criada en un pequeño pueblo con el componente emocional que conlleva) he pedido a Luis, vecino y alcalde de Puentetoma quien ha pasado la mayor parte de su vida en Madrid, que me de su opinión y complete mi punto de vista.

"La vida en un pueblo pequeño es idílica, estás siempre conectado/a contigo mismo y la naturaleza, los vecinos son todos encantadores y generosos, tus hijos leen un libro en el patio dejándose arrullar por el canto de las golondrinas mientras tú te dedicas a cultivar tu huerto ecológico regado con agua de manantial traído por las montañas..." ¿creéis que estoy exagerando? así es...

Como todo en la vida los pueblos tienen "pros y contras". Y ya que hablamos de pueblos me refiero a pueblos pequeños, pueblos con pocas o ninguna tienda, pueblos con poco o ningún transporte público, pueblos con adn rural.

¿Quieres conocerlas? No están todas las que son... pero son todas las que están...


¡Vamos al lío!






10 VENTAJAS DE VIVIR EN UN PUEBLO

1. Te sientes libre.
No necesitas perder el tiempo en atascos para entrar y salir del pueblo, tampoco tienes que buscar aparcamiento, lo tienes en la puerta de casa. Si quieres ir a comprar, ocio o trabajo  en un minuto ya estás en la carretera circulando sin esperas. Si quieres pasear en la naturaleza sólo tienes que salir de casa andando y en minutos (o segundos) ya estás en la naturaleza haciendo una ruta sin tener que desplazarte ni organizar un fin de semana para tal fin. 

2. Tienes intimidad.
No tienes vecinos encima ni debajo porque vives en una casa. No los oyes tirar de la cadena, oír la televisión o discutir (ni ellos a ti). A los vecinos de la casa colindante tampoco los oyes (salvo que estén en el patio)  porque en los pueblos de momento no se lleva el pladur pero si las paredes medianeras, un invento de tiempos pasados que evitó muchos malestares modernos.

3. Tienes espacio.
Las casas de los pueblos por pequeñas que sean son más grandes que la media de los pisos y además suelen tener patio. Y aún no teniendo patio tienes la calle. Y no sólo espacio en el hogar sino espacio interpersonal ya sea en la calle, en la naturaleza o en los comercios.

4. Perteneces a una comunidad.
Una vez alguien me dijo "mucha gente y pocas personas", en los pueblos hay "poca gente pero muchas personas". En Madrid vives rodeado de gente, vive más gente en una comunidad de vecinos de un bloque que en muchos pueblos de Palencia, pero ¿cuanta gente te saluda por la calle?, ¿cuántos te echan una mano si lo necesitas?, en los pequeños pueblos el trato es personalizado. Aquí se habla con los vecinos, se ayuda a los vecinos y los vecinos te ayudan a ti. En los comercios conocen tu nombre y de dónde eres. Llámese paradoja pero es en los lugares donde no te tienes que dar codazos con la gente donde se encuentran personas, personas que son vecinos (o vecinos de pueblos cercanos) y que comparten las mismas necesidades sociales y colaborativas que tú.

5. Aún se encuentra autenticidad...

En esta sociedad en la que cada vez estamos todos más robotizados, globalizados y estandarizados en los pueblos aún se encuentra gente auténtica, personas que son ellas mismas, que viven según los criterios que ellos han decidido y valores personales, incluidos la HUMILDAD Y GENEROSIDAD.

6. ... y diversidad.
Antes los pueblos estaban cortados por el mismo patrón y en las ciudades era donde se encontraba la diversidad. Pero los tiempos han cambiado. Ahora hay muchos pueblos que nada tienen que ver unos con otros: pueblos que aún conservan atisbos de los los 60, pueblos eco, pueblos con una arquitectura peculiar, pueblos dedicados a la agricultura o la ganadería, pueblos donde sus habitantes trabajan online, pueblos nudistas, pueblos vacíos, pueblos que renacen, pueblos de gente abierta, pueblos de gente huraña... y lo mismo pasa con su "paisanaje", hay variedad y volviendo al punto anterior, hay autenticidad.

7. Es más barato.
Por el precio de un piso en una ciudad  en un pueblo pequeño tienes casa y jardín. Los impuestos son más baratos. Y la vida es más barata porque se gasta menos ya que hay actividades "gratis" como es ir al campo, a por leña, a atropar patatas...;-) 

8. Eres más autosuficiente.
En la España del SXXI si no quieres ser una especie de Robinson Crusoe rural al margen la ley diría que imposible una autosuficiencia total. Pero no me cabe duda que el lugar para cierto grado de autosuficiencia está en la España Rural. 
Para empezar tu tejado es tuyo (no de la comunidad de vecinos) por lo que puedes instalar placas solares y aprovechar el agua de los canalones. Puedes cultivar tus propios alimentos en tu huerto, y tener unas gallinas para que te den huevos caseros. Si no quieres depender de gasóleo (u otras fuentes externas) para calentar tu casa serás tú quien se encargue proveer de leña tu casa con las suertes de leña del monte, en otoño y primavera puedes recolectar setas, en septiembre moras, endrinas, en verano plantas medicinales... etc. Son muchos los recursos que tiene la naturaleza (cuando se la cuida y respeta). Como dice mi padre "el monte siempre te da algo gratis" (unas setas, unas flores, un palo de avellano... y siempre un paseo agradable).

9. Los niños son más felices.
A diferencia de la insatisfacción crónica de los adultos los niños suelen ser felices con poco. Yo no cambiaría mi infancia en el pueblo por nada. Sólo eramos tres niños (mi hermana, el vecino y yo) pero nos sobrábamos para disfrutar todo el día. Por las mañanas íbamos al colegio y por la tarde una vez hecha la tarea  nos imaginábamos que el pilón era la gasolinera y "repostábamos" nuestras bicis, íbamos de merendola, en invierno jugábamos en casa con los Playmovil o las Barbies horas y horas... nos llevaba mi padre a pescar al pantano, o un abuelo del pueblo a por setas. Si nevaba y no se podía ir a la escuela era lo mejor de los mejor, cogíamos un saco y a arrastrar el culo por la nieve todo el día. Eran los años 90, y aunque muchas cosas han cambiado las necesidades básicas no. Si algo recuerdo  es a nuestras madres relajadas sin necesidad de vigilancia y entretenimiento constante y a nosotros disfrutando de la libertad del pueblo y el contacto con las cosas verdaderas que da la naturaleza y la vida sencilla.

10. Hay wi-fi
Nos ha costado, pero la mayoría de los pueblos tienen wi-fi. No es banda ancha a 120 km/hora como la autovía sino Internet satélite, pero es lo suficiente para navegar, ver series y trabajar.
Como dice Luis cuándo le dicen que en su pueblo Intenet va lento "¿qué diferencia hay entre un milisegundo y un segundo?"




10 DESVENTAJAS DE VIVIR EN UN PUEBLO


1. Necesitas coche.
Si vienes a un pueblo pequeño esperando depender del transporte público para desplazarte es una mala idea. En un pueblo sin coche, o taxista (ya sea marido, madre, novia, hijo, vecino o amante...), te sentirás aislado porque aunque no hay atascos ni problemas de aparcamiento necesitas coche cada vez que quieras salir del pueblo.
Excepciones: transporte escolar, servicio de ambulancia y otros servicios que vienen al pueblo (panadero, carnicero, cartero, mensajería, butanero...)

2. El hospital suele estar lejos.
En el caso de los pueblos del norte de Palencia unos 100 km por lo que si eres hipocondríaco no es tu lugar. La atención primaria y las urgencias funciona como en todos los sitios pero si necesitas atención hospitalaria: 100 km. Que te tienen que hacer una prueba en el hospital... 100 km ( y otros 100 de vuelta), que te van a operar de apendicitis... 100 km,  te pones de parto...100 km. Y de momento es lo que hay. Resumen: te acostumbras a no ir al hospital por tonterías y le acabas cogiendo manía a "la capital" porque todos los viajes son al hospital o a hacer algún trámite burocrático que te ha costado 200 km.

3. Olvidados por las administraciones públicas.
Se acuerdan de nosotros... pero poco, principalmente cuando hay elecciones. Los pueblos necesitamos servicios, no por el número de gente que vive, sino porque la que vive tiene derecho a ellos. Por otro lado, pasado ese amor transitorio pre-electoral y sus promesas efímeras todo son trabas administrativas, aunque esto no es exclusivo de la España rural.

Y si se acuerdan a veces es peor, nos ven como "lugar de turismo" y, si la zona tiene encanto, se nos quiere convertir en un resort para el turista, o en otros casos, colocar macroganjas como promesa de progreso o en contraposición convencernos de que la gente en los pueblos puede vivir de un huerto y cinco gallinas. No pierdo la esperanza de que algún día (algún día...) nos gobierne quien nos conoce y no desde de un despacho y de que se deje de centralizar y "amontonar" todo (ya nos ha enseñado el Covid que los montones no son buenos...)


4. El vecino indeseable.
Una frase conocida es el mundo rural es que "cada pueblo tiene un tonto y una fuente". Por lo que si esperas instalarte en un pueblo con una vecindad inmaculada no digo que no exista pero yo verlo no lo he visto. Esta es una cuota que hay que pagar, como el impuesto de circulación.
El paisanaje de los pueblos, a grandes rasgos, ronda el siguiente porcentaje:
80 % gente "normal" (a los suyo, vive y deja vivir)
10 % gente extraordinaria y generosa (la esencia en frasco pequeño)
10 % gente indeseable (hay pueblos que este porcentaje se dispara)

Algunos ejemplos verídicos de nuestra Montaña Palentina:

  • Los "denuncialotodo" (que si me has pisado las cebollas, que si has pasado por "lo mío", que si ese huerto era de mi tatarabuelo...)
  • Los que vinieron a vivir al pueblo comprando la idea de "vida ideal" y les molesta el sonido de las campanas de la iglesia, las cigüeñas "cascando el ajo", las 5 gallinas del vecino, que pase el tractor etc.
  • Los "guarros" o los que creen que "el pueblo es suyo" (por allí una empacadora oxidada, por el otro lado las pacas echándose a perder, el cierre del monte apañado con cuerdas, cinta de pastor eléctrico, un somier viejo...)
  • Los vecinos de "verano y vacaciones" que no recuerdan que el resto de vecinos viven todo el año.
  • Etc.


Si aspiras a engrosar el censo rural recuerda que cada pueblo tiene su iglesia y su "tonto", puestos a escoger quédate con el que menos tontos tenga y sobretodo no seas parte de ellos.

5. Pueblos feos mal, pueblos bonitos peor.
Esto es como buscar pareja. Si es muy fea o muy feo... no motiva, si es muy guapa o guapo suele ser superficial. 
Si el pueblo es muy feo, en medio de la nada, dejado, con ruinas, en un páramo... cuesta encontrarle la gracia. ¿Qué pasa si es bonito? que se convierte en "pueblo maqueta" y le asola uno de los grandes males contemporáneos: el turismo de masas. Amén de la pérdida de identidad. ¿El pueblo ideal? feo con gracia o guapo con defectos. Huyamos de la perfección y del turismo masivo. Los pueblos son lugares para vivir.

6. Limitadas salidas laborales.
A pesar de la mejor comunicación que ha traído Internet y las autovías, los pueblos siguen adoleciendo de falta de perspectivas laborales, o mejor dicho, de variedad de oportunidades (y de nuevo me remito al punto 3)

7. El qué dirán.

Esto ha cambiado mucho y la gente es respetuosa con la vida de los demás, pero hablar... se habla, nos nos podemos aguantar...

8. También hay ruido.
No hay sirenas, ni ruido de coches (salvo que le cruce una carretera nacional) pero hay ruido, a un nivel mucho menor que en una ciudad, pero no es 100% silencio.
Si hay gallos tienen por costumbre cantar al amanecer, pasan tractores a trabajar el campo, un perro sobas que le da por ladrar, o a tu vecino cortando la hierba.

9. El invierno se nota más.
Hablando de los pueblos del norte de España donde el invierno atiza (aunque cada vez menos) este se hace más largo. A diferencia de una ciudad donde el invierno pasa más desapercibido entre las luces nocturnas y la oferta cultural y de ocio, en pueblo sientes más el invierno. La naturaleza está de resguardo y apetece menos los paseos largos, la noche cae pronto y todo está más calmado.

10. Trabajas más.
Trabajas más... si quieres. Si vives en el pueblo como en la ciudad trabajarás igual pero si vives a lo rural sin duda no pararás... pero tampoco te aburrirás. 


Autores: Isis (Foldada) y Luis (Puentetoma)
Imagen: Pueblos Vivos



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